Buen Punto…


Denuncia contra El Colombiano (texto ajeno)

Publico aquí un asunto de interés para todos los antioqueños que amamos la democracia, el respeto de la libre expresión y la prensa independiente. Es un texto publicado por un grupo que se hace conocer como «Ciudadanos por la decencia en los medios de comunicación», y considero oportuno para estos días de oscurantismo medieval en Colombia:

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Por profundamente antidemocrático, intolerante y ataques permanentes a la libertad de expresión, los CIUDADANOS POR LA DECENCIA EN LOS MEDIOS de Medellín (Colombia) denunciamos el periódico EL COLOMBIANO de esta ciudad, quien ha instaurado una especie de INQUISICION en el departamento de Antioquia; pontifica sobre quiénes son los «buenos y los malos», sobre quienes son correctos en política y acciones culturales, los pensadores leales a la política de guerra que desangra a Colombia y los desleales a esa política, los columnistas y escritores a quienes se les puede publicar, los personajes que merecen espacio en sus páginas.

Desde sus editoriales y columnas de opinión se emiten apasionadas e infundadas acusaciones contra la Alcaldía de Medellín, funcionarios públicos, directores de prestigiosas, democráticas y eficientes instituciones culturales como Corporación Otraparte, Comfenalco, Confiar, Corporación Cultural Nuestra Gente, Museo de Antioquia, Teatro Matacandelas, Universidad de Antioquia, y otras. También las emprende en términos desobligantes contra dirigentes de oposición política, contra escritores de reconocida trayectoria y contra todo aquello que represente el pensamiento crítico independiente.

Los propietarios y editorialistas de este periódico invocan con frecuencia las palabras SINDERESIS Y MESURA, con el fin de vanagloriarse de posturas aparentemente democráticas y ecuánimes. Sin embargo, esconden tras ese lenguaje sibilino un periodismo dogmático, camorrero, irrespetuoso de la diferencia, de persecución al diferente y sectáreo. En su historial, hay que reconocer que este periódico ha sido fiel y consecuente con su ideología terrateniente, conservadora, ultraclerical y elitista. No defiende los intereses del bien común, aunque funge de ello, sino los intereses de clase opulenta, comerciales, empresariales y bancarios más poderosos de la región y del país.

Este periódico hace parte de lo que internacionalmente se denomina «LATIFUNDIO MEDIATICO», por ser de esas empresas que se lucran de la información, y pertenecen a familias o clanes familiares vinculados con la tenencia de grandes extensiones de tierra, conectados, por ende, a otros intereses económicos. Desde sus editoriales defiende como un dogma la pretendida eficiencia de LA SEGURIDAD DEMOCRATICA, la misma que paga con recompensas por más crímenes y desmanes. También, se ha convertido en otro diario GOLPISTA al celebrar de modo soterrado intentos desestabilizadores de gobiernos elegidos democráticamente. No escapan a su estigmatización afilada, los eventos que establecen lazos de amistad con los diversos países latinoamericanos. Veamos:

En las últimas semanas, este diario ha enfilado baterías para criticar destructiva y antidemocráticamente, la realización de una Feria del Libro de Medellín, auspiciada por la Alcaldía, en asocio con una red de organizaciones culturales y sociales, juveniles e institucionales. Se fundamentan en que la feria va a conmemorar los 50 años de La Revolución Cubana; despotrican de sus organizadores, de cientos de jóvenes que apoyan ese esfuerzo, de líderes culturales e intelectuales. Según ese diario, el nombre de Cuba no debería siquiera figurar en ningún stand de la feria, pues representa algo así como el «satan» de América. Insisten en satanizar no sólo a Cuba, sino a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y todos aquellos países que no se parecen a la concepción económico política de los propietarios de ese diario. Hacemos hincapié en esto, porque si hoy condenan que se le de cabida a los artistas de Cuba, mañana nos prohibirán a los de Venezuela, Ecuador, etc. Tal animadversión con países con direcciones estatales distintas, es una demostración franca de dogmatismo y fanatismo que raya la inquisición y el macartismo.

Aunque El Colombiano condenó el golpe de Estado en Honduras, sus informes y columnas editoriales tienden a legitimar y apoyar el quiebre democrático en este país. Esto no es extraño, pues fue uno de los primeros diarios en América Latina en celebrar el fallido golpe de estado contra el presidente Chávez en Venezuela. Llama la atención que los patrones de El Colombiano exijan a su caricaturista de planta, Esteban Paris, que invente 3 caricaturas semanales para ridiculizar a Chávez, como si este personaje les impidiera dormir.

El Colombiano, fiel a esa línea intolerante que niega la libertad de expresión, ha venido separando a colaboradores y columnistas, con el fin de dejar solo a los que coincidan con su línea editorial. Empezaron con el civilista y democrático periodista Reinaldo Spitaletta; luego, alegando «reorganización interna», sacaron a escritores reconocidos por su probidad y verticalidad en la defensa de los DDHH, entre ellos el hoy director de El Espectador, Héctor Abad Faciolince, luego,-el más notorio- el maestro y estandarte del periodismo ético en Colombia, el periodista Javier Darío Restrepo. También, siguieron la fila de descabezados el periodista Pascual Gaviria y hace poco el profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, Gonzalo Medina.

Hace unos meses, desde las páginas de ese diario, emprendieron una campaña de amedrentamiento contra el Secretario de Cultura de Medellín, el señor Jorge Melguizo, reconocido trabajador de la cultura en esta ciudad. Su delito fue haber hecho unas precisiones inteligentes sobre el humor del comediante «Montecristo», las cuales todas las personas sensatas, libres y responsables con el respeto al diferente compartimos.

El Colombiano, como el diario más influyente en la región antioqueña, ejerce una fuerte marca en la opinión pública. Conscientes de ello, sus propietarios manipulan la información nacional e internacional con el fin de mantener una visión favorable al establecimiento de exclusiones, privilegios, corrupción e inequidad que a ellos favorece. Se ha convertido en uno de los principales artífices del atraso y la ignorancia política en la región, al servirles de resonador a caudillos, gamonales y políticos falaces que encarnan el poder elitista y corrupto que dirige los destinos de los estados.

Ese diario defiende una «democracia» retórica que afianza intereses económicos privados y multinacionales, también un gobierno salpicado de crímenes y violaciones a los DDHH y a convenios internacionales. Ha dado cabida en sus páginas de opinión a turbios y siniestros personajes de la política nacional como el exministro Fernando Londoño hoyos, defraudador del Estado. Fue el diario que más contribuyó a legitimar a las AUC (paramilitares) cuando empezaron su escabroso recorrido de crimen con las primeras masacres que sacudieron el país en los 90. Llegó a titular las fotos de sus combatientes como «guerreros de la paz».

Los antioqueños merecemos un diario democrático, civilista, respetuoso de todos los pensamientos y diferencias; que controvierta pero con espíritu constructivo y veraz; que promueva el pluralismo, el respeto a la alteridad, el compromiso con la ética.

CIUDADANOS POR LA DECENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION

Medellín -Colombia-

Julio de 2009

FAVOR DIFUNDIR ESTA DENUNCIA

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